El pensamiento crítico
Por Ana Muñoz, Psicóloga.
Ser capaz de utilizar
un pensamiento crítico significa que piensas por ti mismo, que no aceptas las
ideas y opiniones de los demás simplemente porque lo dicen ellos, lo dice la
mayoría o lo dice la sociedad, sino porque has pensando en ello, conoces los argumentos
a favor y en contra y has tomado tu propia decisión respecto a lo que
consideras verdadero o falso, aceptable o inaceptable, deseable o indeseable.
Por
supuesto, tener un pensamiento crítico no significa llevar la contraria a todo
el mundo o no estar de acuerdo con nadie jamás, pues eso no sería un
pensamiento crítico, sino un capricho que se limita a oponerse o contradecir lo que piensen los demás.
1. Escribe
tus ideas iniciales acerca de un tema concreto que deseas analizar.
2. Busca
otros puntos de vista e idas diferentes, ya sea preguntando a las personas que
conoces, buscando información en internet o abriendo algún tema de discusión en
algún foro de la red.
3. Conoce
las opiniones de expertos en ese tema.
4. Analiza
los diferentes puntos de vista, ideas y opiniones. Puedes crear un gráfico con
las ideas a favor y en contra. Luego compara estos puntos de vista con tus
ideas iniciales.
5. Con toda
esa información, decide por ti mismo cuál crees que es el punto de vista u
opinión más acertado o razonable.
A menudo,
este punto de vista suele ser una combinación de las ideas e información que
has recopilado. Si comparas tu nuevo punto de vista con tus ideas iniciales,
verás que ahora tienes una opinión más sólida, con mayor riqueza de contenido,
más profunda y que además te resulta más fácil de defender porque has
profundizado en ella, tienes las ideas más claras y suficiente información y
conocimiento del tema como para defender tus ideas si es necesario.
Mantén siempre cierto grado de flexibilidad y
apertura a nuevas ideas que no has tenido en cuenta en tu análisis, pues la
conclusión a la que has llegado no tiene por qué ser definitiva, aún puede
enriquecerse y modificarse con nueva información. Tener un pensamiento crítico
no significa que tus ideas sean rígidas e inamovibles, sino tan solo que piensas por ti mismo y sacas tus propias
conclusiones.
Ten también
en cuenta que una persona puede pensar por sí misma y tener una opinión propia
prácticamente de cualquier cosa, incluso de aquello de lo que no tiene ni el
más mínimo conocimiento. Esto no es usar un pensamiento crítico, sino más bien
usar la imaginación para inventar opiniones sin fundamento alguno. Este es un
modo de pensar que, en vez de enriquecerte, te empobrece, porque no te estás
basando en la realidad para sacar conclusiones, sino tan solo estás fingiendo
que sabes algo que en realidad no sabes. Si no conoces nada del tema es
preferible que adoptes la opinión de alguien que sí parece tener conocimientos
antes que inventar una opinión vacía de contenido; o mejor aún, sigue los
puntos indicados más arriba para utilizar tu propio pensamiento.
Usar un pensamiento crítico implica un esfuerzo, porque hay
que molestarse en pensar, buscar información, analizar y llegar a una
conclusión que, además, puede ir en contra de lo que piensan las personas
cercanas a ti o la sociedad. Por tanto, ¿porqué no limitarse a pensar lo menos
posible y adoptar las ideas de los demás?
Sin duda, esta postura es cómoda y fácil, pero te vuelve
dependiente de los demás, te impide practicar el pensamiento crítico, te impide
ampliar conocimientos, te priva del ejercicio mental que supone usar tu
pensamiento para generar tus propias ideas y te priva de una fuente importante
de satisfacción y autoestima. Cada vez que una persona usa su pensamiento de
este modo está obteniendo pequeños logros personales. Y son esos logros los que
elevan nuestra autoestima y nos hacen sentirnos orgullosos de nosotros mismos,
independientes y fuertes.
Por tanto, el pensamiento crítico es mucho más que usar la
mente; es un modo de sentirte mejor y hacerte más resiliente de una manera sana
y no artificial.
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